10.2.14

10/02/14

Siendo sincera conmigo mismo me molesta que aún me duela leer tu nombre. Ni siquiera pudiste hacerme daño, me quisiste bien y te lo agradecí. Pero todavía cuando no tengo la cabeza llena de pajaritos, en el fondo del nido me acuerdo de ti y durante un tiempo vuelvo a cerrar la jaula para no estar sola. Y de noche, en la oscuridad, cuando se supone que no debería ver nada te veo a ti, y tal vez por eso me de miedo la oscuridad. Y más que nunca en la carretera, porque puede que tú no lo sepas, pero aquel día en el coche yo estaba jodidamente enamorada y te dije que me iría contigo al fin del mundo y lo decía de verdad. Cuando miramos las estrellas yo solo veía explosiones y fuego y cosas que había en mi corazón y, para qué mentir, en mi entrepierna. Todavía te echo de menos y me jode.

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